Unidad de lesiones pigmentarias. Mapeo cutáneo
Las lesiones pigmentadas constituyen un grupo heterogéneo de lesiones dermatológicas. Las más frecuentes son lo nevus o ”lunares” que representan proliferaciones localizadas de melanocitos (células que dan el color a la piel), que son benignas y muy frecuentes. El dermatólogo es el médico que está familiarizado con todas sus variantes clínicas, por lo que se encuentra en la mejor posición para recomendar el mejor tratamiento.
La mayoría de los nevus nunca requerirán una extirpación por motivos médicos, sino sólo seguir controles dermatológicos periódicos. La importancia de su seguimiento radica en la posibilidad de malignización de lesiones ya existentes o, más frecuentemente, la nueva aparición de un nevus maligno o melanoma. El melanoma es la variante más agresiva de cáncer cutáneo, aunque tiene un pronóstico excelente si es diagnosticado en fases tempranas.
Por lo tanto, es importante realizar una revisión dermatológica si se tiene piel y/o ojos claros, existen antecedentes personales o familiares de cáncer de piel, historial de exposición solar importante, aparición de nuevos lunares o cambios recientes y bruscos en lunares ya presentes (rápido crecimiento, múltiples colores, sangrado…).
En algunas personas, la existencia de un gran número de lunares hace casi imposible un seguimiento aceptable por parte del paciente y/o familiares. En esos casos, la realización de un mapeo, con caracterización macro y microfotográfica de las lesiones en crecimiento o sospechosas, es un elemento imprescindible para su manejo.