Para la eliminación del pelo, el objetivo de tratamiento es la melanina presente en el tallo y matriz del folículo, que es responsable de su pigmentación. Hay que tener en cuenta que la melanina se encuentra también en la epidermis de forma fisiológica, por lo que la melanina epidérmica puede “competir” en la absorción de la energía láser.

El pelo a depilar debe estar cortado en el momento de la aplicación del láser. Es más efectivo si se depila con cera 3 días antes de cada sesión, o bien se rasura o afeita con maquinilla eléctrica en el día. Si no viene depilado/a, en el momento de la sesión se le corta o rasura el vello de la zona a tratar, para concentrar el efecto del láser en el pelo que se encuentra bajo la superficie cutánea y asegurar un resultado más duradero. La depilación láser se hace por disparos de hasta 1,5 cm de diámetro. Antes del flash, el aparato lanza automáticamente un criógeno (enfriador de la piel) que hace poco doloroso este procedimiento si no se ha tomado sol antes, a la misma vez que disminuye la posibilidad de efectos adversos.

Siempre se realizarán pruebas previas gratuitas, para que usted compruebe y acepte el efecto y las molestias de las distintas intensidades y así elegir la más adecuada. Si usted no cambia las condiciones de su piel (bronceado), se producirán siempre los mismos efectos. La depilación es más duradera y efectiva en los pelos que en ese momento estén en fase de anagen (crecimiento), aunque al estar cada pelo en diferente fase de crecimiento se precisarán de sesiones de recuerdo. Con las aplicaciones sucesivas el pelo se va debilitando y desapareciendo. Existen zonas donde el láser es muy efectivo como las ingles, axilas, pecho, piernas y otras en las que hay que insistir más, como el labio superior.

Son importantes los cuidados de exposición al sol antes y después del tratamiento. Hay que tener especial cuidado con las gafas protectoras durante el procedimiento, ya que la retina contiene gran cantidad de melanina que puede ser dañada por el láser. Es posible la aparición de lesiones tipo “ronchas” o urticaria tras el tratamiento, que desparecen tras pocas horas.