La radiofrecuencia es conocida por su capacidad de regenerar las fibras de colágeno de la piel, encargadas de mantener firme el tejido. Esta tecnología transfiere energía térmica de forma fraccionada en la dermis profunda, con un impacto significativo a este nivel pero con mínima afección de las capas epidérmicas superficiales. La energía de la radiofrecuencia, que puede ser regulada en intensidad, es capaz de producir la vibración o el calentamiento de los tejidos, pero sin afectar las estructuras vecinas de la piel, debido a su acción precisa y localizada. En el caso de la radiofrecuencia fraccionada, el aplicador administra la energía térmica de radiofrecuencia bipolar en determinadas “fracciones” de la piel a tratar. Esta energía provoca microheridas puntuales en la epidermis sin dañar el tejido circundante ocasionando de forma inmediata una respuesta de curación. El tejido menos afectado, que rodea las fracciones de piel tratada, acelera este proceso y ayuda a la recuperación y cicatrización. El resultado es una piel con aspecto más firme y rejuvenecido. Este tratamiento es eficaz en el tratamiento de arrugas finas, flacidez, marcas de expresión, cicatrices de acné o estrías. No requiere reposo, aunque la piel puede notarse enrojecida por unas horas. El número de sesiones necesarias varía según el caso, y deben espaciarse entre ellas al menos 2 - 3 semanas.