La eliminación de los tatuajes con láser es una técnica novedosa y efectiva, que permite su desaparición sin necesidad de realizar procedimientos invasivos o quirúrgicos que resultan en cicatrices inaceptables. Al impactar la luz del láser sobre la tinta del tatuaje se produce una fragmentación de las partículas de tinta que se encuentran en la dermis, sin afectar a los tejidos circundantes. La ventaja de su afinidad y selectividad por el pigmento exógeno del tatuaje permite que éste desaparezca sin dejar cicatriz.

La eficacia del tratamiento depende de algunas variables como el tipo de piel y localización, pigmentos utilizados y técnica de realización del tatuaje. Los colores que mejor desaparecen con láser son el negro y azul oscuro. Otros colores como el rojo, amarillo o el verde son más difíciles de eliminar. En general los tatuajes amateur o no profesionales requieren menos sesiones (3 – ­6) que los tatuajes profesionales (en torno a 10 sesiones).

Aparte de los tatuajes convencionales, el láser puede emplearse también para eliminar tatuajes traumáticos como los producidos por el roce con el asfalto, o tatuajes cosméticos (cejas o perfil de labios) siempre que sean oscuros. Después del tratamiento los pacientes pueden experimentar un enrojecimiento temporal así como la aparición de costras en la zona tratada, que se desprenden tras pocos días. La protección solar antes y después de las sesiones es obligada.

Ahora disponemos en la clínica del novedoso y efectivo láser Alma Q® para, entre otras funciones, la eliminación de manchas y tatuajes.